jueves, 23 de abril de 2015

UN SOL ÍMPROBO

Eran las once y media, ya de camino a mi casa vi a mi vecino salir de un callejón. Su ímproba sonrisa y sus manos ensangrentadas lo delataban. Nada bueno había pasado en aquel lugar, se acercó a mí y me empezó a embaucar con palabras delirantes. Incluso me hizo prometer que no actuaría como un correveidile y que no se lo diría a nadie

No hay comentarios:

Publicar un comentario